viernes, 14 de marzo de 2008

viernes y soledad

Esta tarde de viernes me acaricia e induce un sueño dulce. El cielo es impreciso y me acompaña desde adentro, me busca para contarme un sueño, me arrulla. No estoy sola, él está conmigo.
La historia no es de amor, refiere a la amistad que quiso ser perfecta y en su afán se convirtió en estrella. Nuestra eterna soledad onírica sucumbe con la luz de la noche. Nos despierta, nos encuentra juntos, abrazados, fieles. Con certeza confío, el cielo es mi aliado más íntimo.

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