Número equivocado, sí, pero no es un error. Es una justificación del momento, una respuesta rápida.
Es la fiel muestra de alguien que siempre supo qué, cómo y cuándo decir lo justo y necesario. Lo preciso. Aceptémoslo, su mejor cualidad.
En el momento lo acepto, lo respeto, coincido con la frase. Luego deseo poder tener la inteligencia y la sagacidad para que me salga de la misma manera cuando me encuentre en esa misma situación.
Ambos somos seres humanos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, pero estoy al borde de cumplirle la promesa. Y ahí no va a necesitar excusas.
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